miércoles, 12 de diciembre de 2018

Lo permanente, lo perentorio.

Uno entiende la realidad en función de los conceptos que maneja, entonces es bueno nutrirse de conceptos porque los mismos nos ayudan a entender mejor, o no, lo que ocurre a nuestro alrededor.

En realidad, un nuevo concepto es una nueva herramienta que puede usar el entendimiento para realizar su tarea. Habrá herramientas muy útiles, habrá otras que no sirven para nada.

Dicho esto, podemos hablar de dos conceptos que son los centrales en este pequeño capitulo: lo permanente y lo perentorio. Lo permanente es lo que no perece, lo perentorio lo que sí.

El conocimiento, cuando ya es parte de uno y bajo otras condiciones, es permanente. (Ah! no confundamos conocimiento con ilustración.) El dinero es perentorio. ¿La salud y la energía?¿El tiempo? Estas preguntas las dejamos para después, esto no implica que el lector no pueda realizar el ejercicio de respondérselas.


Lo perentorio no es importante, pues más temprano o más tarde desaparece.

Lo permanente si es importante pero no abunda. Es más, nada es permanente per se. Para que algo logre el carácter de permanente debe existir un proceso que sustancia esa permanencia.

Un simple ejemplo: un recuerdo puede llegar a ser permanente si el mismo no es olvidado. Puede parecer tonta la última afirmación, pero miles de recuerdos todos los días pasan al olvido, solo algunos pocos se atesoran para siempre.

Cómo no se olvida un recuerdo, o dicho de otra forma, como se logra la permanencia. Esta pregunta es para el nivel avanzado de hackeo de sistemas.... pero va un adelanto: el proceso que permite la permanencia debe sustentarse en las leyes universales. 

No hay comentarios: